Reseña: «Coreografía de la ausencia» de Horacio Esber

En este libro somos intrusos, nos convertimos en espías que leen desesperadamente los infortunios de dos primos Gabriel y Luciana. Mucho tiempo atrás, cuando apenas rozaban la adolescencia, su única manera de comunicarse era dejando una carta en algún cajón dentro de la casa de sus abuelos. Cada vez que iban a visitarlos se encontraban con la carta que el otro había puesto en ese buzón de correo improvisado.

Gabriel con 22 años vuelve a Ernestina, pueblo de la provincia Buenos Aires, pero esta vez para quedarse en esa casa tan querida para vivir con su abuela. «Acá solo hay lugar para personas así. No encajamos. Algunos desde jóvenes como yo. Otros después de la frustración de haber vivido.» Una vez asentado, los recuerdos de la infancia y las horas de ocio que se acumulan en cada rincón lo llevan a ponerse de nuevo en contacto con Luciana. Ambos deciden retomar ese vínculo olvidado pero el único requisito será que las noticias de la vida del otro les llegue dentro de un sobre.

De esta forma seguiremos las historias que deciden contarse el uno al otro. Los primos han encontrado en las cartas un espacio para desahogarse y generar en esa conexión una especie de anhelo, el de esperar a que llegue esa respuesta que necesitan. Ambos se escaparon de su núcleo familiar por diferentes motivos y ahora su única relación sentida con la propia sangre será entre ellos dos. Esas palabras que llegan cruzando océanos se son para ellos más cercanas que las personas de carne y hueso que los rodean.

Estos personajes parecen casi opuestos: Luciana se va a descubir su destino a Europa. Quiere poner toda la distancia posible con su pasado y no le importa dejarse la vida en ello. Girando de ciudad en ciudad, entrando y saliendo de personas que se va cruzando, siempre a pesar de las cagadas manteniendo el entusiasmo por lo que vendrá. Gabriel, hace un viaje parecido pero hacia el interior. En vez de abrirse a nuevas experiencias se ha encerrado en un pueblo del que casi no tiene contacto con nadie. Ha encontrado en esa melancólica quietud su pequeño lugar en el mundo.

Por más que el contexto que los rodea y la forma de enfrentarse a los problemas sea distinta, ambos pelean contra un mismo destino, la soledad. Podemos sentirnos solos en el medio de una gran ciudad rodeado de amigos, podemos sentirnos solos en un almuerzo familiar rodeados de caras conocidas. La soledad no es una ecuación matemática, se puede sentir aunque no den las cuentas.

«No pudo soportar la culpa, por eso vino a recluirse a esa casa, en este pueblo de fantasmas. Para que el mundo se olvide de ella y ella del mundo. No es la única, parece que Ernestina es el destino de los que quieren ser olvidados.»

Esta novela epistolar me enganchó desde el principio, la leí en unos días y cada vez que volvía a sus páginas estaba completamente dentro de la historia, te tiene esperando con ansias la próxima carta de los personajes. Habla sobre lo que significa la familia, que no siempre hay que aguantarla porque nos tocó, que es válido dejar todo lo que nos hunde atrás y seguir adelante, y que no siempre aunque tomemos las decisión corretas salimos a flote de la vida. Me gustó mucho, y me dio el empujoncito para probar otras novelas con este formato.

Muchas gracias a Mariana Kruk, editora de Halley Ediciones que nos compartió esta gran historia.

Acá les dejamos más información de la editorial♡ En la página se pueden descargar gratis las novelas 》sehttp://www.literariapandora.com.ar/horacio-esber.htm


Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s